martes, septiembre 16, 2008

Los dos no pueden soltarse de la mano ni de noche ni de dia, ella tiene 82 años, y el 88.
Enamorados despues de 56 años , ella acaricia con suavidad su cabeza reposada en la camilla del hospital
-Este hombre me ha hecho muy feliz, muy feliz.








Soy una testigo privilegiada de este amor.Que gran leccion de vida .Gracias abuelo, gracias abuela.

1 comentario:

am dijo...

Qué bonito.

Saludos!