lunes, febrero 11, 2008

Manifiesto 1.En el nombre de la cosa


Las techumbres son

Desde que nací ya eran una barahúnda, algún sádico perito se divirtio jugando al tetrix con ellos.Ya, solo las apéndices o antenas se yerguen con la dignidad de un mono.

Indulgentes, aceptaron en su colectividad miembros de todo tipo de color, siena, ocres y cadmios, aunque el turbión diario se ha encargado de igualarlos.

Pronto llego la cosecha en la que todo el mundo lidiaba por tener ventanas de cristalino, y pese a que no eran necesarias, crecieron como líquenes, agujereando sin piedad la membrana de los oriundos.Lo mismo ocurrió con los tabucos, y tenderetes,Ya no quedo ninguno sin mancillar.Estos aprendieron callando, que eran los lozanos los que dictaban,

Pero ahora ya basta, soy yo la que me levanto en su favor por una vez, y en favor del arte, digamos no a los platos digitales. Que erupcionan sin cesar llenando las pocas tejas arcillosas que quedan al descubierto, de paraguas de plástico.

En su nombre escribo esta queja.Ya no podemos más. Basta de colgajos y zarandajas, dejarnos hacer nuestro trabajo en paz.Dejarnos ser genuinos, y no nos cantéis la palinodia por modas insípidas.Somos lo que somos, tendréis que contentaros. No hay más.

Solo un tejado.
(Imagenes siempre cedidas por el letrado Jose Castiella)