viernes, abril 18, 2008

Amor de verano



Se conocieron, en Pamplona, depués de la guerra, el buscaba trabajo, porque no había "que llevarse a la boca".

Joven recio de la rivera, sonrisa joven de 18 veranos, pero falta de inocencia, ya con una guerra a sus espaldas. Boina enroscada por supuesto.

Ella hija del enterrador, crecida entre ataudes desde pequeña, habia brotado sonriente,alegre y vividora,como un oasis en la funeraria Ortigosa.

Fueron sus hoyuelos y sus cancioncillas de piano, lo que conquistaron el corazón ya viejo de Enrique.

No pudo borrarle la metralla de las pupilas, pero le hizo sonreir como un niño otra vez, igual que cuando su padre y su madre vivian, y tiraba piedras a las gallinas.

Pero llegó septiembre, y el manto frio de la posguerra cubrió todos los estómagos.

Y Enrique partió solo al Nuevo Mundo, con un zurrón vacio por compañero, y el recuerdo de un verano inolvidable.

Durante años, alguna carta llegaba a la funeraria, pero pocas,..las cosas no le iban también como pensaba, había recorrido todo Lima, y un modesto trabajo en una gasolinera le salvaba de la desnutrición. Había tenido que volver a encañonar una pistola, y los hoyuelos de Teresa ya quedaban lejos, urgía volver a sentirla cerca, solo ella le podia sacar las nubes.

En 1954 llegó a la C/San Gregorio, un cartero con una carta para la señora Teresa.

En señorito que se fué a las Indias, le pedía formalmente matrimonio.

Se casaron por poderes, a la misma hora y día. ambos se juraron el sí, solo Dios les acompañaba.

Inmediantamente Teresa enpaquetó lo poco que tenia y partió a cruzar el Atlántico.

Un mes después llegaba a Lima, todavía sin saber si lo que hacía era una locura juvenil o era amor verdadero.

Y allí estaba él esperándola, feliz y consciente de que solo ella era capaz de quererle así.

De regalo de bodas tuvieron una botella de Sidra el Gaitero del estraperlo.

A ella aun se le nublan los ojos siempre que le servimos una copita en Nochevieja.

Ya no que dan historias asi verdad?

Gracias abuelo, gracias abuela.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Silvi es de lo mejor que he leido en mucho tiempo. Genial, se nota que son tus abuelos y es algo que sientes de verdad. Se lo voy a enseñar a chacho que le va a encantar. Un besazo, nosvemos por la tarde. Te quiero