ella estrujaba su cerebro, lo manoseaba, trituraba y despúes lo enrollaba. Peor que una lobotomía, pensaba él. "Ya no me queda sitio donde esconderme".Las palabras brotaban o más bién taladraban el espacio al ritmo de una sonata de chopin, turirurirririririruriruri, si un espacio para respirar.
"Ojalá callera del cielo un témpano de hielo que le cerrara la boca para siempre" ,hacia mucho tiempo había perdido la esperanza , por si acaso no contestaba, no le hablaba, por si acaso no pensaba, pasaba sigiloso a su lado esperando no hacer ruido para no despertar un nuevo ciclón de palabras sin sentido.
Dios le habia hecho martir de una muerte lenta, muy lenta, 40 años de matrimonio.
Vieja charada , cuervo de lengua bífida, cuerpo mórbido y cejideforme, parecia que a la bella y fogosa joven con la que habia contraido matrimonio , la hubiera suplantado la encarnación del esperpento.
Triste, recorria todos los dias, tres manzanas para recrearse el los rollizos tobillos de una camarera.